De regreso

Estar en la noche cenando a la orilla del lago y al rato cruzar 200 metros para ver las estrellas en la playa es una experiencia purificadora.
La señal muerta de celular, la ausencia de televisión o internet me llevaron a un inevitable feliz resultado de terapia de 3 días.
Cuando regresé a trabajar a la oficina hoy a las 4 pm no tienen idea con la claridad y velocidad que he podido atender mis tareas. La tranquilidad que tengo en eso que era un pesado esternón lleno de stress.
Lo que esta pesado ahora soy yo que subí como 3 kilos con tanta comidita que nos dieron.
Todavía huelo a playa. Estoy muy contento. Las sorpresas que me esperaron hoy en San José no me estresaron, al final de cuentas me he dado cuenta que siempre todo se resuelve.
Ojalá que me dure esta sensación.
3 Comments:
men... no puedo decir nada más que "me come la cochina envidia!" espero pegarme un vueltín de esos uno de estos días...
esta vida de "salaryman" me tiene cansado ya!
qué dicha, ventolín. esos viajecitos son rejuvenecedores definitivamente. :)
Precisamente ayer veía unas fotos de mi último viaje a Tortuguero...la ida y venida en un bote destartalado ha sido una de las cosas más increíbles y memorables por las que he pasado.
Bien por tí, y tu relax.
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