sábado, febrero 12, 2005

Soyoonara Sensei Orantes

Ayer me levanté con el enorme deseo de retomar mis clases de japonés con el profesor Orantes con quien durante dos años estudié. En febrero del 2004 por razones económicas y otros cursos de fotografía que llevaba en Memorándum tuve que dejar de asistir. ¡Con todo el dolor del mundo porque de verdad que me encantaban mis clases!

Me contesta una voz desconocida del otro lado de la línea. Pensé de inmediato "¡Mierda ya no es el celular del sensei!".

- Buenas, esteeee... hablo al teléfono del profesor Orantes.
- Si señor, correcto... le habla un amigo.
- Ah bueno, ¿él se encuentra por ahi?
- Esteee no, esque el ya no se encuentra. Pero no se encuentra físicamente.- Me quedo momentaneamente dudoso, pienso en la edad de mi profesor y su estado de salud pero aunque era un señor mayor lo recuerdo con un estado de salud estable, pero tiro la pregunta:
- ¿Él murió?
- Si señor, el 28 de Noviembre pasado... - Me quedo impactado callado durante unos 10 segundos y continúa la persona del otro lado ante la ausencia de mi respuesta - Aquí está su hija si desea hablar con ella. - Pero yo que iba a hablar con ella luego de tanto tiempo... no tenía sentido:
- No esta bien, muchísimas gracias.

Mi sensei me inculcó un gran amor por el japonés. Era un señor humilde y muy bueno que vivía de dar sus clases en su casa. Cuando luego de muchos meses los estudiantes desertaron y solo me daba clases a mí el tuvo la paciencia de tenerme en ese grupo de 1 por precio de un grupo de 7 personas. Me sentía muy cómodo con sus lecciones pues no eran por un título, sino por realmente aprender... me reprendía y me devolvía en el tiempo cuando no recordaba alguna regla gramatical y siempre procuraba que leyeramos bastante.

No puedo olvidar su explicación del del kanji mujer (女 = onna). Decía el sensei que el kanji era el de una mujer con las piernas cruzadas.

Tenía la particularidad de españolizar o japonizar frases que se volvían muy entretenidas como "¡Hay que tener tamagos para hacer esto!" (tamago = huevos) o la invención del verbo jameru (una versión del verbo taberu que significa comer jamar es una pachucada costarricense que significa comer), o el verbo en español ginetear (su versión en español del verbo hineru que significa dar vuelta a la llave), como por ejmplo decía "Usted hinetea más la llave del tubo porque casi no sale agua". Las practicas de traducción incluían cosas como estas:

Watashi ha anata to ohanashi o shitai dake dewa naku manko mo shita no desu.
Trad.:Yo no solamente quiero hablar contigo, sino también hacer el amor

Watashi wa "La Segua" to iu shosetsu o yomitai no desu mata Moncha ga te ni mote iru akai hon mo yomitai no desu.
Trad.: Yo quiero leer la novela "La Segua" y también el libro rojo que tiene Moncha en las manos.

Okii oshiri no onna no shito wa koko de hataraite i masu ga, chisai oshiri no ga chigai masu.
Trad.: Las chicas de trasero grande trabajan aquí, pero las de trasero pequeño no.
El sensei también nos dejó anecdotas de sus aventuras en Japón, de como durante su apredizaje del idioma quizo invitar a una muchacha que le gustaba a cenar pero lo que recibió fué un puñetazo, luego corrió a donde el sensei para ver que fué lo que le dijo y le explicó así: Tonto! Lo que dijiste fué "Quiero comerte esta noche" en vez de "Quieres comer conmigo esta noche"...

Este es mi segundo más querido profesor que muere... el otro fué mi profesor de español Oldemar (Olde) ¡Hay que pegarse un mechazo con sake por el sensei!

¡Como duele que se vayan los que enseñan a amar lo que enseñan!

Ahora necesito un sensei nuevo. ¡Se escuchan ofertas!